Me cambias constantemente, no te recupero nunca Maltratas mi corazón con todas tus mentiras Siempre creí en ti, y siempre me decepcionaste No me di cuenta, el destino jugó mal
Tan fácil te enredas en sábanas ajenas Tan fácil te entretienes en banalidades Olvidaste que siempre estuve esperando Olvidaste quien realmente te adoró
Hoy nuestro hijo pequeño no comprende Que ayer fuimos tres, y hoy somos dos Quizá así sea lo mejor, el dolor de tu ausencia No se compara al de la traición que provocaste
Sigo aquí, siempre afrontando lo que venga Hoy ya no es solo por mí, ahora somos dos Pronto dejaré de extrañarte Pronto la distancia me ayudará