No te vayas, te lo pido, de esta casa nuestra dónde hemos vivido. Qué nostalgia te puedo llevar si de la ventana no vemos el mar y afuera llora la ciudad tanta soledad.
Todo pasa, todo cansa y uno se arrepiente de estar en su casa y de pronto se asoma a un rincón a mirar con lástima su corazón y afuera llora la ciudad tanta soledad.
No te vayas, quédate que ya estamos de vuelta de todo y esta casa es nuestro modo de ser. Tantas charlas, tanta vida, tantas noches con olor a comida con una eternidad familiar en un solo día no puede cambiar y afuera llora la ciudad tanta soledad.
Estos muros, estas puertas no son de mentiras, son el alma nuestra. Barco quieto, morada interior que vivimos lo hicimos igual que el amor. Y afuera llora la ciudad tanta soledad.
No te vayas, quédate que ya estamos de vuelta de todo y esta casa es nuestro modo de ser.